El Mecanismo de Anticitera
Entre 1901 y 1902 un grupo de buzos en busca de esponjas marinas cerca de la isla de Anticitera se topó por casualidad con el naufragio de una galera romana. Además de estatuas de mármol y bronce, monedas, alfarería, joyería y otras piezas de gran valor histórico se encontró un objeto intrigante. Un mecanismo tan avanzado que se llegó a sospechar que procedía de un naufragio mucho más reciente que había terminado allí por casualidad.
Llamado así gracias a la isla en la que fue encontrado, el mecanismo de Anticitera es considerado como la primera computadora analógica o mecánica. Se cree que fue construido alrededor de los años 60 y 70 ac, unos 1600 años antes de que estos mecanismos fueron usados de nuevo en los relojes astronómicos en Europa.
No mucho más grande que una caja de zapatos, el mecanismo contiene 27 ruedas de bronce en forma de engranaje que interactuaba en un mecanismo extremadamente complejo para la época. Llevaba grabado en un anillo los signos del zodiaco divididos en grados y en un anillo exterior a este el calendario egipcio con sus 365 días, además de marcar la fecha de los principales juegos panhelénicos.
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Funcionamiento del mecanismo
Derek J. de Solla Price, físico inglés y padre de la cienciometría dedicó años de su vida al estudio de este apasionante mecanismo. Dedujo que el número de dientes de los engranajes del mecanismo tenían una importancia fundamental para su funcionamiento. Entre los números que más resaltantes que encontró están el 235, 127 y 223.
Para entender el origen de estos números hablemos primero de los ciclos lunares. El mes sinódico es, tal vez, con el que más familiarizados estamos, consiste en 29.53 días y es el ciclo en el que se presentan las fases de la luna. En este tiempo la luna llega a la misma posición relativa con respecto al sol.
Puesto que en este tiempo la tierra no permanece inmóvil hay una diferencia entre el mes sinódico y un ciclo lunar con respecto a las estrellas más lejanas (referente fijo en el cielo), este ciclo es conocido como mes sideral.
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Ahora podemos explicar el significado de la cantidad de dientes en los engranajes. La observación más simple de la luna, un mes sinódico, dura de 29.5 días (a partir de ello se formaron los meses), comparándola con la duración del año solar de aproximadamente 365 días (tiempo en el que las estrellas vuelven al mismo punto en el firmamento) obtenemos 12 ciclos lunares 12x29.5 = 354 días, tenemos entonces 11 días de desviación.
Aquí introducimos el número 235, pues son los meses lunares que equivalen casi exactamente a 19 años solares, este ciclo es conocido como ciclo metónico. Junto al engranaje de 127 dientes podemos representar los movimientos de la Luna en nuestro firmamento.
Antes de continuar creo necesario explicar el origen del número 127, bueno representa la mitad de 254 que es el número de meses siderales que hay en 19 años. Ahora podemos ver cómo con ayuda de estos números somos capaces de calcular la posición y las fases lunares en el firmamento.
Nos toca hablar del número más interesante: el 223, este número representa el ciclo de Saros, es decir la cantidad de meses sinódicos que hay de diferencia entre un eclipse y otro; pasarán 223 meses sinódicos entre un eclipse y otro. Observación bastante conocida en Babilonia (de donde proviene el nombre).
Este mecanismo es capaz de no sólo calcular la posición y fase de la Luna si no que también puede calcular los eclipses al punto de proporcionar la hora, el color y la dirección de las sombras de este fenómeno. Como añadido el mecanismo representaba la posición de los cinco planetas conocidos (aunque muy probablemente con menor precisión) y el tiempo restante para los principales juegos Panhelénicos (sobre todo los de Corinto). Todo esto solo ingresando el día solar en el mecanismo.
Origen del Mecanismo
Debido a las características del mecanismo, año de origen, el dialecto de los caracteres y la preponderancia de los juegos de Corinto (aún por encima de los juegos olímpicos), concluimos que proviene de Corinto o una de sus Polis colonia de esta. Además las descripciones de artilugios parecidos en la época romana (por mucho tiempo considerados ficción), principalmente provenientes del saqueo de Siracusa, se atribuye el mecanismo al propio Arquímedes o algún discípulo suyo.
Un pequeño ejemplo del nivel de conocimiento que alcanzamos en la antigüedad y lo importante que es preservarlo y compartirlo. No sabemos que otros avances pudieron haberse desarrollado en aquellas pequeñas ciudades cuna de nuestra civilización. No nos queda más que admirar las capacidades del ingenio humano y sus logros, no sólo es esta pequeña porción de tierra.
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